sábado, 2 de febrero de 2013

Desafiando mi infalibilidad con Rajoy

Cuando abrí este blog pensaba encabezarlo con una estupenda frase que Orwell soltaba de pasada en uno de sus artículos "As I please". El caso es que no la recordaba literalmente y, por pereza, no la busqué. Sin embargo el otro día, siguiendo un enlace de un amigo a una vieja entrada en su blog, me encontré en los comentarios  con unas predicciones que hice sobre el gobierno de Zapatero allá por 2010 que resultaron estrepitosamente desacertadas, y me animé a buscarla de nuevo;  la frase explica por sí sola el porqué: "One way of feeling infallible is not to keep a diary". Era la frase ideal para encabezar este blog, porque sabía que cada entrada, ante todo, se convertiría con el tiempo en un desafío al sentimiento de infalibilidad que es fácil experimentar cuando sólo registramos nuestras opiniones en un material tan maleable como nuestra memoria; es una condena, sí, pero también es un acicate para intentar escribir con rigor, que es el único modo en el que vale la pena hacerlo. Veremos cómo trata el tiempo a lo que voy a escribir a continuación.

Dos días después, intolerablemente tarde para los que creen que los gobiernos deberían actuar siguiendo los trending topics, habló Rajoy sobre los presuntos sobres de Bárcenas. El asunto es bien conocido: El País había publicado unos supuestos documentos del ex-tesorero del PP, de los que se deducía que el partido había recibido sumas de dinero de diversas fuentes, que en la mayoría de los casos supondrían financiación ilegal, y lo que es igualmente grave: que ese dinero había sido distribuido en forma de sobres (de dinero negro) a varios dirigentes del partido, incluido el propio Rajoy.

Pues bien, hoy Rajoy ha dicho que todo esto es falso. Por supuesto, la palabra de Rajoy no basta, pero no había mucho más que el presidente del gobierno pudiera decir. Personalmente yo no sé qué creer, la verdad. Por un lado, no me fío ni un pelo de un partido cuyo tesorero, una figura que no es precisamente la del conserje,  estuvo mandando centenares de miles de euros a una cuenta secreta en Suiza durante muchos años. Y es difícil imaginarse a alguien inventándose una contabilidad falsa del Partido Popular. Pero por otro lado Rajoy me ha parecido convencido de sus afirmaciones (creo que hoy ha batido su récord negativo de tics por minuto en una comparecencia). Y hay algo en lo que estoy de acuerdo con él: todo está por probar. Ha anunciado medidas y ha concretado sólo unas pocas, como la de mostrar sus declaraciones de la renta, que por sí solas no sirven para demostrar si recibió pasta en negro (por definición), pero que complementadas con su declaración de patrimonio algo de información darán. Parece que ya ha habido una auditoría interna, pero esto me parece insuficiente: este asunto sólo podrá aclararse a través de una investigación judicial, que apuesto a que se abrirá en breve (lo contrario me parecería muy grave). En ella presumiblemente participarán unos tíos especializados en delitos financieros, que seguramente saben cómo detectar los movimientos de dinero negro mucho mejor que todos los que estamos opinando desaforadamente sobre este tema, y que se dedicarán a analizar la veracidad de los documentos que publicó El País. Sólo cuando sepamos si esos documentos son verdaderos podremos saber si el Partido Popular ha delinquido y pedir dimisiones y demás, porque para mí está claro que de ser cierto todo esto el presidente debería dimitir y convocar elecciones. Hasta entonces, como ocurre en los países civilizados, habrá que respetar la presunción de inocencia y la acción de la Justicia. Que es lo que seguramente haremos la mayoría porque, en contra de lo que podamos creer, el Pueblo no es Twitter.

4 comentarios:

  1. Hay algo inquietante en Rajoy. Yo tuve un compañero así: sus palabras, su actitud, su puesta en escena, te convencían; sus hechos siempre lo contradecían. Todos aquellos que creen en la honradez del Presidente deberían defender la cruz de esa creencia: si Rajoy es honrado, Rajoy es totalmente imbécil. Y lo segundo no cuadra con la realidad, ¿verdad?

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  2. Un placer verle por aquí, S.

    Será porque yo nunca he tenido un compañero como el suyo, pero para mí Rajoy tiene pinta de tipo honrado. Pero esto es irrelevante ahora mismo: tras conocer la lamentable historia del "contrato simulado" a Bárcenas mis sospechas de que hay algo de verdad en los papeles son mucho mayores. Considerando lo que sabemos ya del ex-tesorero del PP, si pese a todo por una carambola resulta que Rajoy está libre de mancha, creo que la cruz que señala usted se defenderá con la facilidad con la que se defiende una evidencia.

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  3. Cierto.

    Sólo una cosa: creo que debería dimitir, con independencia de los papeles de Bárcenas. Estamos hablando de alguien que mantiene, asciende, defiende públicamente y paga (defensa judicial incluida) hasta el último día a un tipo con 38 millones en Suiza. Y todo ello con dinero público. Se suele olvidar que el 95% del dinero manejado por el PP es de aportaciones del Estado. Es decir, debería dimitir por algo tan sencillo como la doctrina Brant en el caso Guillaume. Claro que Brant era alemán y socialdemócrata.

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  4. Gracias por la respuesta, S.: no conocía el caso Guillaume. Aquí va un link por si alguien está interesado

    http://en.wikipedia.org/wiki/G%C3%BCnter_Guillaume

    Y sí, aplicando la vara de medir de Brandt, que quizás es la vara de medir que correspondería a un país moderno, creo que Rajoy debería dimitir. Pero como no lo ha hecho, pienso que no nos queda más remedio que comportarnos como ciudadanos de un país moderno: defender nuestra opinión sin tremendismos y mientras tanto esperar a que los jueces hagan su trabajo y terminen de contarnos hasta dónde llegó el guillaume engominado de Rajoy. Quién sabe: a lo mejor si logramos parecernos a una opinión pública como la que escrutaba a Brandt, algún día tendremos un presidente que se comporte como él.

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