sábado, 15 de junio de 2013

Pues anda que no hay cajones, Enric

La verdad es que cada día me cuesta más estar de acuerdo con lo que dice Enric González en sus columnas. No es de extrañar: cada vez e cuesta más estar de acuerdo con alguien (así, en general) y creo que seguiré por este camino hasta el glorioso día en que no estaré de acuerdo ni conmigo mismo. Esto viene a cuento de una columna suya que enlazaba el otro día Melò en Twitter. La columna empieza muy bien, constantando cómo el presunto fraude fiscal de Messi había aparecido en las portadas de todo los diarios nacionales mientras que hace exactamente un año la noticia del fraude fiscal de los Botín (bastante más abultado por cierto) fue relegada a las páginas interiores en el mejor de los casos (salvo en El Mundo). Un ejemplo de la reticencia de los periódicos a morder la mano que les da da de comer, para leerlos con escepticismo.

Pero luego González encuadra el caso en el contexto de la situación general de España y Europa, con sus problemas financieros y su incapacidad para meter en vereda a los bancos. Y vuelta al viejo mantra: "El dinero sólo manda cuando se ausenta la política". Para demostrar que la política es capaz de embridar a la banca cuando se los propone, Enric nos cita los ejemplos de Andrew Jackson, Franklin Roosevelt, e incluso Hitler y Stalin: personajes que probablemente mirarán con envidia desde el Infierno los poderes absolutos de Durao Barroso.  Habrá quien diga que esto es trampa, que a quien mirarán con envidia es a la Merkel: a esos ingenuos les recomiendo que lean el análisis de Xavier Vidal-Folch sobre cómo la canciller está lidiando con el Bundesbank, que considera su programa de austeridad demasiado laxo.

Lo considera demasiado laxo porque cree que los alemanes están poniendo demasiada pasta en los rescates, o lo que es lo mismo: que la pasta que ponen no está lo suficientemente fiscalizada. La opinión del Buba es discutible, pero revela claramente dónde está el compromiso: solidaridad interterritorial a cambio de pérdida de soberanía. Si queremos lo primero, hay que ceder en lo segundo. Desde luego tengo claro que en las próximas elecciones europeas pienso votar a quien esté dispuesto a ceder más soberanía a Europa, porque sólo así podremos construir un poder político que realmente pueda poner en orden el sistema financiero y llevar hasta donde sea preciso la solidaridad interterritorial europea: un poder político digno de acabar en el Infierno, vamos. A eso aspiran también el PP y el PSOE cuando pactan una posición conjunta ante Europa,  aunque les cueste admitirlo. 

La conformación de ese poder político depende de multitud de factores (repásenlos mentalmente, por favor) y por eso el proceso está siendo exasperantemente lento, y quén sabe si terminará algún día o si antes la UE se irá al garete. Pero respecto a la última preocupación de Enric González:
"Algún día, alguien con una idea y una voluntad poderosa subirá a un cajón (o a una red social) y empezará a hablar. En poco tiempo seremos suyos."
Puedo decir que llevamos muchos años con peña subida a sus cajones de las redes sociales y hablando sin cesar. Y de momento, por lo que veo, nadie escucha a nadie. Así que vamos tirando.

4 comentarios:

  1. Interesante punto de vista, Sámuel. Pensadores que se dicen liberales -discutible el que lo sean y más aún que el liberalismo exista fuera de la física teórica y la ciencia ficción- defienden lo mismo para países como Argentina: un protectorado económico externo. El caso es que yo estoy de acuerdo contigo, y con ellos. Con un pequeño matiz: en cuestiones importantes ya no hay soberanía a ceder; no tenemos. ¿O eres de los que creen que lo nuestro no fue un rescate sino un “crédito en condiciones ventajosas”?

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  2. Visto en perspectiva me sorprende cómo pasábamos de las entradas (acabo de releer y directamente leer algunas en tu enlace). Joder, cada vez que veo los textos de los fallecidos me da no sé qué. Ya, ya sé que en los libros o en los periódicos también pasa, pero no es lo mismo.

    (¿Sabes algo de nuestro editor?)

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  3. S., yo con Argentina no me mojaría, pero con España sí porque creo que con una moneda común no nos queda más remedio que ceder parcelas de nuestra independencia económica. No sabría decir si el rescate fue más o menos ventajosos, pero sí veo claro que entra dentro de esta lógica. Y yo creo que aceptarlo es ejercer nuestra soberanía, porque nadie nos impide tomar la puerta de salida. De hecho algunos partidos empiezan a proponerlo explícitamente y en Italia Grillo se llevó un buen puñado de votos con esa misma idea.

    **

    Sí que pasábamos de las entradas, sí, y eso que yo bien que me las curraba! Daba respeto torear en esa plaza. Y siento saber de esos fallecimientos, de los que no estaba al corriente (sólo me consta uno). Por el NJ también pasan los años, me temo.

    (Del editor, desde su fugaz paso por twitter, sé poco. Puede ser un buen momento para mandarle un email. Si lo quieres, te lo puedo pasar por correo, mi dirección es jakobiano@yahoo.es).

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  4. En el fondo es un reconocimiento de nuestra incompetencia: cedamos soberanía ya que no nos queda otra si queremos ser salvados. Si hace años me dicen que iba a envidiar la tozudez británica… Claro que a ellos quién les va a enseñar democracia o controles institucionales.

    ¿Uno es libre de suicidarse? Incluso esto es discutible como nos dirían los psiquiatras. Creo que estamos en ese punto en que nos hacen ofertas que no podemos rechazar. Y puedo estar equivocado y tú tener razón.

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